Preocupación Sobre la Salud Pública Acerca de los Bifeniles Policlorados (PCB) en el Ambiente

Los Bifeniles Policlorados (PCB), son una familia de más de 200 compuestos químicos estructuralmente relacionados (congéneres), cada uno de los cuales consta de dos anillos bencénicos y de uno a diez átomos de cloro. (Fig. 1). Varían en un rango desde livianos y aceitosos fluidos, a pesados, grasosos o cerosas sustancias. Se usaron en una gran variedad de aplicaciones industriales hasta que la preocupación por posibles consecuencias adversas para la salud y el ambiente dieron por resultado la prohibición de su fabricación. Este informe está redactado para explicar la historia y toxicidad de los PCB, y las acciones reguladoras que se han tomado, con el objeto de proveer una perspectiva científica y equilibrada del tema.



Figura 1: Estructura Química Básica de los PCB

Los números 2-6 y 2'-6' representan posibles posiciones del átomo de cloro dentro de cada anillo bencénico. Existen 209 miembros específicos de la familia de PCB (o congéneres). Cada congénere PCB es único con respecto a la posición del cloro. Por ejemplo, un PCB con 4 átomos de cloro es un tetraclorobifenil (“bifernil” se refiere a los dos anillos bencénicos, o “anillos fenil”); un nombre más específico, p.ej.: 3,3',4,4'-tetraclorobifenil, indicaría la posición exacta de los cuatro cloros dentro del anillo bencénico.



Los PCB fueron descubiertos hace más de 100 años; su producción comercial y uso comenzó en 1929. A causa de su notable capacidad aislante y su naturaleza retardante de la llama, muy pronto ganaron un uso extendido como enfriadores y lubricantes en transformadores y otros equipos eléctricos, donde estas propiedades son esenciales. Los PCB reemplazaron a los aislantes fluidos inflamables y en consecuencia se redujo el peligro de incendios en edificios de oficinas, hospitales, fábricas, y escuelas. De hecho, algunos códigos de edificación de muchas ciudades prohibieron el uso del aceite mineral para aislamiento y exigieron que los condensadores y transformadores fueran del tipo PCB. No sólo hizo el PCB resistente al fuego a los transformadores y condensadores, sino que también permitió hacerlos más pequeños, reduciendo así el costo de los equipos. En muchas localidades las compañías de seguro exigían equipos con PCB.

Durante varias décadas, los PCB fueron usados de manera rutinaria en la fabricación de una amplia variedad de productos comunes como plásticos, adhesivos, pinturas y barnices, pesticidas, papel carbónico “sin carbón”, tintas de imprenta, balastos de luces fluorescentes, y compuestos para enduídos. Se estima que entre 1929 y 1977 se produjeron 1.100 millones de libras de PCB en los EEUU. Monsanto era el único productor en los EEUU.

Aunque la producción de estos compuestos ha cesado en los Estados Unidos, los PCB han sido identificados en 387 de los 1416 “basureros” riesgosos identificados en el programa “Superfund” (ATSDR 1996). Los PCB persisten en el ambiente, y por ello continúan siendo detectados mucho tiempo después de que su fabricación cesó. Además, potenciales fuentes de PCB existen aún debido a las viejas prácticas de disposición final.

¿Cómo entraron los PCB al ambiente?

En el pasado, las descargas de desperdicios cargados de PCB en los ríos, arroyos, y basureros a cielo abierto eran consideradas aceptables, legales, y una práctica libre de riesgos. Algunas veces los PCB eran lanzados intencionalmente al ambiente , por ejemplo, para reducir la emisión de polvo en los caminos de tierra, o como extensores en algunas fórmulas de pesticidas agrícolas. En visión retrospectiva, estas prácticas eran inapropiadas y potencialmente dañinas.

También hubo liberaciones accidentales al ambiente de PCB y contaminantes asociados a través de fugas y goteo de los compartimentos de PCB sellados, durante el uso comercial de transformadores y condensadores, y como resultado de una inadecuada disposición final de equipos conteniendo PCB. También ocurrió contaminación de alimento para consumo animal y humano como consecuencia de fugas de PCB de alambiques y espirales de calentamiento durante la manufactura de alimentos. Los PCB también pueden ingresar a la cadena alimenticia a través de la ingestión de pescado contaminado por PCB en las aguas.

Finalmente, los fuegos e incendios eléctricos de transformadores y condensadores llevaron a la liberación accidental de PCB y productos de degradación térmica como las dibenzo-dioxinas policloradas (PCDD), los dibenzofuranos policlorados (PCDF), y cuaterfeniles policlorados (PCQ). Estos productos de combustión incompleta son considerados más tóxicos que los PCB, como se discute más abajo.

¿Causan los PCB Efectos sobre la Salud Humana?

Los efectos sobre la salud están tradicionalmente clasificados en crónicos o agudos . Con respecto a la exposición al PCB, los efectos agudos son respuestas fisiológicas que ocurren poco después de la exposición. Cloroacné y, posiblemente, neuropatía periférica (efectos adversos en los nervios periféricos asociados con los músculos, la piel, y las articulaciones) han sido asociadas con exposiciones de corta duración a los PCB, aunque, como se mencionó más arriba, los productos de la degradación de los PCB, más que los PCB en sí mismos, han sido los verdaderos culpables . Se ha informado de dermatitis por contacto en operarios expuestos a los PCB que fueron, sin embargo, también expuestos a compuestos epóxicos, conocidos sensibilizadores de la piel.

Los efectos crónicos se refieren principalmente a respuestas ocurridas después de exposiciones prolongadas, incluyendo el desarrollo de cáncer. No obstante, recientemente se han investigado también otros efectos tales como los relacionados con la reproducción y la disrupción endocrina en relación a la exposición a los PCB (Falck et al., 1992; Krishnan y Safe, 1993). De manera general, la mayor parte de los efectos (fuera del cáncer) asociados con la exposición a químicos, tienen un umbral específico de exposición (es decir, una dosis por debajo de la cual no ocurren efectos adversos). La EPA se basa en este concepto para establecer “dosis de referencia” (RfDs), dosis a las que hasta los miembros más sensiubles de la población pueden ser expuestos durante un período de vida completo (72 años) sin observarse efectos adversos sobre su salud. La EPA ha establecido RfDs para dos mezclas específicas de PCB: Aroclor 1254 (0,02 microgramos/kg peso corporal por día) y Aroclor 1016 (0,07 microgramos/kg/día) (EPA, 1996a).

Los epidemiólogos han intentado identificar aumentos de la incidencia de efectos crónicos y agudos entre los grupos expuestos a los PCB (Brown y Jones, 1981; Vertáis et al., 1987, Gustavsson et al., 1986; Salta et al., 1989, NIOSH, 1977, Davidorf y Krupp, 10979; Yassi et al., 1994). En este tipo de estudios, los efectos sobre la salud de grupos fuertemente expuestos a los PCB son comparados con los efectos observados en grupos de control, individuos que no han tenido contacto con PCB más allá de los niveles de fondo. Estos tipos de estudios pueden examinar exposiciones rutinarias y accidentales en condiciones ocupacionales o de otro tipo.